El legado de Fernando Valenzuela seguirá vigente por siempre y para siempre.
Este martes, a sus 63 años, el ex lanzador de los Dodgers de Los Ángeles falleció de causas que no se han revelado, según anunciaron las Grandes Ligas.
El 30 de septiembre, la organización anunció que el sonorense dejaba su puesto como cronista en español de los juegos de la novena californiana sin fecha de retorno, lo que despertó las sospechas sobre su estado de salud.
Después, se reveló que el pitcher se encontraba hospitalizado en LA y que el pronóstico no era alentador, así que surgió el rumor de su deceso, el cual desmintió su familia.
Valenzuela se convirtió en un referente de los Dodgers en la década de los 80, cuando desató la “Fernandomanía” con sus actuaciones en el montículo.
“El Toro de Etchohuaquila” fue una pieza clave en el róster del equipo angelino que ganó la Serie Mundial de 1981, además, a nivel individual, fue galardonado con el Cy Young y Novato del Año de la Liga Nacional.
Para la campaña de 1986, el zurdo mantuvo su nivel y fue el primer pitcher mexicano en ganar 20 juegos, y en 1990 tiro un sin hit ni carrera.
La relación entre Fernando y Dodgers continuó más allá del campo, ya que desde 2003 se unió al equipo de transmisiones y en 2023 la franquicia retiró el mítico número 34 como homenaje al inolvidable “Toro”.
Sus orígenes
A poco menos de un mes de llegar a su cumpleaños número 64, Fernando Valenzuela murió.
Hijo de Avelino Valenzuela y María Anguamea, nació el 1 de noviembre de 1960 en Etchohuaquila, una ranchería del municipio de Navojoa, Sonora.
El campo para la siembra y el diamante de beisbol fueron los lugares que marcaron la infancia del ex jugador, junto a sus 11 hermanos mayores.
Si bien es cierto que la primera posición en la que Valenzuela se desempeñó fue en el jardín derecho, una vez que subió a la loma su brazo y la pelota sintieron una conexión única que dio grandes frutos.
El contrato de 250 dólares
Cafetaleros de Tepic fue el primer equipo profesional que le ofreció un acuerdo, por 250 dólares, a Fernando Valenzuela cuando apenas tenía 17 años.
Sus actuaciones cautivaron a Los Ángeles de Puebla y después pasó a las filas de los Leones de Yucatán, donde ocurrió el anhelado milagro.
El ojo clínico de Mike Brito, legendario scout de los Dodgers, detectó el talento del mexicano y el 6 de julio de 1980 lo firmó para la franquicia de Los Ángeles.
Fernando debutó como relevista en la Gran Carpa el 15 de septiembre de 1980 ante los Bravos de Atlanta.
La charla con Lasorda
De principio a fin, la temporada 1981 de las Grandes Ligas, puso a prueba el temple de Fernando Valenzuela.
El 9 de abril de aquel año, en el día inaugural, Tommy Lasorda, mánager de Dodgers, preguntó al mexicano si estaba listo para lanzar.
“Eso es lo que estaba buscando”, respondió con firmeza el “Toro”.
Sin imaginarlo, el timonel dio ese voto de confianza al que sería su mejor abridor.
“Ten toma la pelota y haz lo que puedas”, agregó Lasorda.
El tirabuzón
Uno de los pitcheos favoritos de Valenzuela era el screwball o tirabuzón, porque, al igual que su presencia en el montículo, causaba sensación.
Este movimiento inicia en una dirección y, de forma inesperada, se va al lado contrario, evitando el contacto con el bate.
Para cada situación, Fernando tenía una solución, por ejemplo, estaba el lanzamiento que caía derecho en la zona de strike, otro que rompía antes de entrar al área y uno que era más lento pero efectivo al desconcentrar a los bateadores.
“Casi siempre es más fácil para un pitcher zurdo tirar ese tipo de pitcheos”, dijo el sonorense en sus inicios.