El Vaticano y millones de personas en todo el planeta están de luto tras la muerte del Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia. Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires, falleció tras una vida de entrega incansable por la justicia, la paz y los más vulnerables.
Francisco rompió moldes, habló con sencillez, caminó entre la gente y no temió alzar la voz frente a las injusticias. Fue un Papa diferente: cercano, humano y profundamente comprometido con el medio ambiente, la inclusión social y el diálogo entre religiones.
Su legado es inmenso: cambió la imagen del papado, enfrentó con valentía temas incómodos dentro y fuera de la Iglesia, y se convirtió en un símbolo de esperanza en tiempos de crisis.
Hoy, el mundo se despide del Papa que eligió la humildad por encima del poder, el servicio por encima del protagonismo. El “Papa del Pueblo” ya no está, pero su mensaje vivirá por generaciones.